miércoles, 2 de julio de 2008

¿Qué entendemos por mestizaje?

Mestizaje

Mestizaje es el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando origen a nuevas. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en Latinoamérica que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo, puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias razas o culturas, como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos, cada caso en distinto contexto y medida.

El mestizaje no es el resultado de una necesidad, sino más bien responde a las estructuras históricas de los pueblos al igual que a su geografía e incluso su situación climática. Es por ello que diferentes regiones dentro de un mismo país pueden presentar diferentes grados y tipos de mestizaje. El ejemplo latinoamericano es notable, puesto que ejemplifica una mezcla racial expandida por gran parte del territorio.

Latinoamérica

Este proceso ha sido definido como uno de transculturación, que ha definido la identidad latinoamericana. El proceso de mestizaje en América Latina se originó con la llegada de los europeos al continente y subsecuentemente de los esclavos africanos que vinieron con ellos. En este encuentro de culturas surgieron tres tipos de mestizos:
v Mestizos: mezcla de indígena y europeo;
v Mulatos: mezcla de africano y europeo;
v Zambo: mezcla de africano con indígena.
v Castizo: mezcla de mestizo con europeo
v Criollo: españoles nacidos en la Nueva España
El mestizaje ha sido uno de los temas fundamentales en los continentes americanos pero especialmente en América Latina. Esta característica de fusiones culturales, ha sido acogida en las últimas dos décadas para explicar el fenómeno de la pluralidad en Latinoamérica. Así mismo, esta misma ideología le ha dado fuerza a la teoría de que detrás de la percepción de la sociedad como producto del mestizaje existe un fenómeno enmascarado de racismo y exclusión. Este último punto se refleja en el hecho que estudios recientes tienden a llamar la atención sobre la necesidad de reformar el derecho para poder hacer frente a una realidad antes inexistente o ignorada: la pluralidad de la sociedad.

En el caso especifico de Colombia, según un informe de la Organización de Naciones Unidas, más de una cuarta parte de la población es afro-descendiente, y dentro de esta población, las tasas de analfabetismoy mortalidad infantil son tres veces mayores que las del resto de los colombianos. Esta cifra manifiesta la relación directa que existe entre las condiciones de vida y raza y verifica la necesidad de hacer reformas institucionales que estén dirigidas a favorecer a los grupos desaventajados. La noción de universalidad del mestizaje y como consecuencia la homogenización teórica no debe continuar siendo sostenida, desenmascarar la concepción de mestizaje permitirá la creación de políticas más adecuadas para resolver la desigualdad en las sociedades latinoamericanas.

La idea del mestizaje, según algunos estudiosos, ha sido utilizada por los gobiernos y las élites latinoamericanas para ocultar indicios de discriminación racial y racismo en el continente. Utilizando términos de Stanley Cohen, Ariel Dulitzky argumenta que existen tres tipos de formas en que la discriminación racial y el racismo son negadas en el continente: la negación literal, la negación interpretativa y la negación justificada . La primera de éstas se da cuando los gobiernos niegan que cualquier tipo masivo de discriminación racial y racismo se dé en sus países.

Una forma clara de negación literal es mediante el uso de la idea de mestizaje. A través del discurso de igualdad de razas en el continente, la percepción de que todos pertenecemos a una sola raza “mestiza” que tiene los mismos ancestros ayuda a reforzar la imagen de que no existe el racismo puesto que ni siquiera existen razas diferentes. Esta noción ayuda a reforzar la idea de la democracia e incluso a fomentar la consolidación de un nacionalismo que fortalece el estado, en el período republicano la idea de la raza única mestiza era un arma de defensa contra otros elementos que podían fragmentar los nuevos estados latinoamericanos por medio de esta se buscaba fortalecer los países emergentes al estilo de las naciones europeas.

Sin embargo esta visión de mestizaje ha adquirido según Peter Wade una imagen que se acerca más a aquella proyectada por la raza blanca y se ha intentado alienar a la raza indígena y aún en mayor medida a la negra.

Existe la noción de que en estas razas no blancas que se podría decir también son no mestizas, existe, esto es entre ciertos grupos, un deseo de blanqueamiento de su raza mediante el mestizaje lo que les llevaría a un nuevo posicionamiento dentro del orden social. En esto se enfoca Wade al hablar en especial de la raza negra cuando algunos buscan abrir un camino de abrir nuevas posibilidades para sus ascendentes. Sin embargo existe la noción contraria bajo la cual el mestizaje es evitado por una de las razas ya que esto es mal visto por los suyos, en el caso de alguien de raza negra esto podría ser considerado una traición.

La Mezcla de Razas

En la Colonia la mayor población era mestiza, producto de la mezcla de los españoles y los indígenas. Pero también existían otros grupos mezclados como los mulatos (hijos de españoles y negros) y los zambos (hijo de negros e indígenas).




Esquema de mestizaje en América



El mestizaje en Chile

La Colonia

El proceso de mestizaje

El mestizaje supuso un proceso amplio, duradero y profundo, hasta el extremo de configurar un pueblo nuevo que estaría en la base demográfica del futuro Chile. Ahora bien, el mestizaje conoció etapas y significados distintos. En un primer momento hace referencia a una cuestión biológica, los nacidos de español e indígena, pero muy pronto, a finales del siglo XVI, se refiere con preferencia a un concepto cultural. Hasta el punto de que el mestizo será considerado criollo si pasaba a vivir con el padre e indígena si se integraba en la familia de la madre. Los mestizos criollos se contabilizaban en los recuentos como españoles, sobre todo a partir de la tercera generación. La clasificación de los cruces raciales americanos hizo que los hijos habidos de blanco y mestiza se denominaran «castizos», pero los habidos de blanco y castiza simplemente se llamaban «españoles».

Las condiciones climáticas ambientales y los sucesivos enlaces con europeos favorecieron el «emblanquecimiento» de la población y el retroceso de los rasgos indígenas entre ellos.

Los mestizos nunca llegaron a constituir una comunidad con identidad y comportamientos propios. Inicialmente estuvieron excluidos de cualquier prestación militar y del acceso al estudio, pero la integración y los sucesivos enlaces los «españolizaron». La ausencia de herederos legítimos permitió que los mestizos habidos fuera del matrimonio sucedieran al padre español en la posesión de sus bienes.
Los mestizos que se mantenían en la casa paterna muchas veces reemplazaban a sus madres en las funciones que desempeñaban en el hogar, en la estancia o en la chacra. Las hijas mestizas de las casas principales eran educadas al modo español y con frecuencia dadas en matrimonio a españoles de inferior rango que el paterno, a menudo empleados de éste. Las mujeres mestizas formaron la base de posteriores matrimonios de españoles y en buena medida dieron la pauta de la futura población chilena. Sin embargo, fue muy frecuente en los siglos XVI y XVII la «barraganería», unión libre entre hombres y mujeres sin vínculo sacramental, lo que el clero no cesó de denunciar.

Las siguientes generaciones mestizas fueron integrándose en una sociedad progresivamente hispanizada al margen de la procedencia étnica de sus componentes. Indígenas y negros, por el contrario, quedaban al margen del sistema. Los yanaconas mantuvieron la condición de siervos. Los hijos mestizos no reconocidos tendieron a casar con mestizas e indias, lo cual era tenido en la férrea jerarquía colonial por un descenso en el rango social.

Los mestizos pasaron a convertirse en subditos directos de la Corona, con las obligaciones que comportaba esa situación y también con la ventaja que la monarquía hallaba en ella. Andando el tiempo, en el siglo XVIII, el término mestizo sirvió para designar a los sectores populares adaptados a la hispanización de la provincia.

Los matrimonios mixtos estaban autorizados desde 1501 y no dejaron de producirse en una región tan alejada de los centros del Imperio y con tan escasa presencia de mujeres de procedencia española. Sin embargo, la mayor parte de los mestizos eran fruto del concubinato o de la práctica de abusos. La presencia de una tropa estacionada en la frontera, la endémica situación de fuerza y el lento progreso de la Colonia favorecieron estos comportamientos.

Al mestizaje se llegó también como consecuencia de las victorias mapuches contra ciudades españolas, de las que tomaban mujeres. Sin embargo, esta circunstancia no es comparable por su dimensión a la práctica opuesta.

Al concluir el siglo XVI el número de mestizos cuadruplicaba en Chile al de europeos, mientras el de indígenas no cesaba de decrecer. Hacia 1700 había unos cien mil mestizos por diez mil españoles y unos quince mil -negros y mulatos, suponiendo los primeros dos tercios de la población total de la provincia.

Desde fecha temprana se importaron negros para que trabajaran como esclavos en minas y chacras. Entre 1555 y 1615 se vendieron tres mil negros en Chile, lo que lleva a deducir la introducción de al menos dos mil africanos en ese período. De ellos un tercio fueron mujeres, siguiendo la política de la monarquía de favorecer la reproducción en América de los esclavos. El clima templado propició la fácil adaptación de esta población hasta la latitud de Santiago, ciudad en la que constituían un núcleo destacado del vecindario. Su peso porcentual en la población total siempre fue inferior al de la población hispana y mestiza blanca. La introducción de mayor cantidad de población masculina negra permitía que la unión con mujeres de raza mestiza o indígena o blanca hiciese que se fuese diluyendo por mestizaje.